Las cicatrices en la cara o en otras áreas del cuerpo pueden ser prominentes y perturbadoras para el paciente por una variedad de razones. Cuando la reparación inicial no se ha realizado de la manera más precisa o se han utilizado materiales de sutura inadecuado, de haber mediado un proceso infecciosos de la herida o esta se haya visto sometida a una tensión excesiva, entre otras posibilidades, el resultado final de la cicatriz puede ser decepcionante para el paciente y requerir una corrección quirúrgica (plastia)
En la mayoría de los casos el lograr la mejor apariencia estética de una cicatriz solo implica un tratamiento conservador y no quirúrgico, consistente en masajes, utilización de cremas con corticoides, terapia compresiva y en casos más severos inyecciones directas de corticoides.
En casos de cicatrices inestéticas, dolorosas o que provoquen alteraciones funcionales por el sitio donde se encuentran emplazadas, la solución generalmente debe ser quirúrgica, seguida de las medidas conservadoras mencionadas anteriormente.
Debemos también mencionar dos tipos especiales de cicatrices, las hipertróficas y queloides, cuya aparición depende de una exacerbación patológica del proceso normal de cicatrización.
En una consulta personalizada se le brindara la mejor opción para su problema.